Clar que sí es un proyecto fotográfico que se configura como respuesta a una situación política en la Comunidad Valenciana. En estos momentos el gobierno que preside tanto la Comunidad, como la ciudad de Valencia, está desarrollándose de forma abusiva con el territorio y la ciudadanía. Entre los “responsables” se encuentran imputados por la justicia por corrupción. Pero todo esto es difícilmente visible por la ciudadanía, pues se aplica una rigurosa “ selección” y censura, tanto en lugares públicos, prensa y televisión. Este último medio es manipulado por el gobierno, construyendo una ficción, en la que todo lo hacen estupendamente, y todos los valencianos vivimos divinamente, clar que sí.
Partiendo de esta situación de abuso, ficción, control y censura, surgió la idea de realizar un proyecto fotográfico para dar la voz a los ciudadanos. Pero esta voz, estos mensajes, tendrían que estar manipulados, para que concordaran con la situación actual, porqué a los valencianos y a las valencianas, nos encanta que nos maltraten, Clar que sí. Esta ironía es el hilo fundamental del proyecto, apropiándome de sus mismas herramientas para criticar esta ficción construida. En su discurso teórico Rancière habla sobre la igualdad, y para ello dice es necesario dar la voz a la sociedad, ya que esta no solo tiene necesidades que han ser cubiertas, si no que son capaces de establecerse como individuos que cuestionan y protestan por el orden establecido, que tienen el poder para decidir. Esto es a lo que llamaría Rancière política, pero no es así, en la actualidad se lleva a cabo lo que él llamaría “policía” como el acto de gestión de las comunidades, que al mismo tiempo se opone a “politica” como forma de reivindicación e igualdad. La manipulación de los medios de comunicación impide que información objetiva llegue a la sociedad, creando una ficción e imaginario favorable para ellos.
Tal como dice Rancière, tanto el arte como la política, son dos formas de crear ficciones.
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